Entre sus principales funciones está la identificación y el tratamiento de la osteoporosis en los pacientes de alto riesgo que, por lo general, no suelen ser adecuados. En el caso de las Unidades de Coordinación de Fracturas, más del 95% de los pacientes son diagnosticados, tratados y/o remitidos adecuadamente para la atención de la osteoporosis.
Sin estas unidades menos del 25% de los pacientes serían diagnosticados, tratados o remitidos para la atención de esta enfermedad ósea, según los datos que maneja la Sociedad Española de Reumatología (SER).