Entre las principales reivindicaciones que se recogen en el manifiesto, destaca la necesidad de incluir la prevención de las fracturas óseas por fragilidad en los planes de salud e implementar las guías de práctica clínica para realizar un seguimiento adecuado de los pacientes tras una primera fractura.
En el manifiesto también se reclama el establecimiento de un código de Fractura protocolizado de diagnóstico consensuado a nivel nacional, para una correcta detección y establecimiento de un tratamiento preventivo, así como su implantación a nivel de Atención Primaria y hospitales, tal y como se hace con otras patologías como en el caso del ictus.