El hecho de que la osteoporosis sea una enfermedad silenciosa nos debería hacer pensar en que podamos revisar y controlar, en la medida de lo posible, los factores de riesgo asociados.
Por su parte, los profesionales sanitarios cuentan con una herramienta denominada FRAX® que sirve para calcular el riesgo de una persona de sufrir una fractura por fragilidad a lo largo de 10 años. Esta herramienta desarrollada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) forma parte de un algoritmo que han incorporado algunas guías de práctica clínica para el rastreo de la osteoporosis. Según el nivel obtenido, junto con otros indicadores como la edad o los factores de riesgo no modificables, es posible que el médico pueda decidir realizar una prueba de densidad mineral ósea (DMO) que confirme el diagnóstico.