En primera persona

Pacientes, familiares, amigos… El Síndrome de Piernas Inquietas afecta a muchas personas. Aquí son ellos quienes nos cuentan su relación con la enfermedad.

Dory. Paciente con SPI

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Tenía mucha somnolencia durante el día. Me dolían las piernas y tenía calambres, pero siempre pensé que eran problemas de mala circulación, ya que mi madre tiene varices, y yo tengo algunas. Además, mi cama amanecía totalmente desbaratada. Se me hizo una polisomnografía y fue entonces cuando descubrieron que tenía el Síndrome de Piernas Inquietas.

En la prueba se vio que tenía SPI y que no alcanzaba la fase REM. Se me puso en tratamiento. Ahora estoy mejor, pero a veces se me agudizan los síntomas.

Juan. Paciente con SPI

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Padezco esta enfermedad desde hace casi 40 años, pero supe de ella hace menos de uno por un artículo de un diario. Inmediatamente acudí al médico y estoy en tratamiento neurológico y, gracias a él, mi situación ha mejorado mucho.

Raquel. Paciente con SPI

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Durante 10 años he estado sufriendo los síntomas del Síndrome de Piernas Inquietas sin saber a qué se debían. Me dolían piernas y brazos en la tarde-noche y según se agravaba era incapaz de permanecer quieta durante mucho rato (viajar, ver una peli…) Sentía alivio haciendo ejercicio, con fuertes estiramientos y poniéndome frío. Mi médico de cabecera no me lo trataba así que harta de la situación busqué uno privado. En mi caso, me lo está tratando un psiquiatra, que dijo que era un caso de libro. Me ha cambiado la vida.