Tenía mucha somnolencia durante el día. Me dolían las piernas y tenía calambres, pero siempre pensé que eran problemas de mala circulación, ya que mi madre tiene varices, y yo tengo algunas. Además, mi cama amanecía totalmente desbaratada. Se me hizo una polisomnografía y fue entonces cuando descubrieron que tenía el Síndrome de Piernas Inquietas.
En la prueba se vio que tenía SPI y que no alcanzaba la fase REM. Se me puso en tratamiento. Ahora estoy mejor, pero a veces se me agudizan los síntomas.