Tratamiento del Síndrome de Piernas Inquietas

El SPI puede afectar a cada persona de manera diferente y no todas necesitan el mismo tratamiento. Será el médico quien indique, si fuera necesario, el tratamiento farmacológico a seguir y las pautas que mejor se adapten a cada paciente para mejorar su calidad de vida.

Tratamiento no farmacológico

Además de seguir las indicaciones que el especialista te haya indicado, existen una serie de hábitos y conductas que pueden ayudar a favorecer el control de los síntomas del Síndrome de Piernas Inquietas.

Recomendaciones

recomendaciones
  • Evitar el alcohol, la cafeína y el tabaco, así como las comidas copiosas durante las horas previas antes de irse a dormir.

  • Es fundamental tener una higiene de sueño adecuada (tener horarios regulares) y una duración suficiente del sueño según tus necesidades.

  • Si notas molestias en el momento de ir a la cama, prueba a caminar o hacer algo que te distraiga. Sobre todo, evita quedarte en la cama dando vueltas.

  • No fuerces el sueño a la hora de dormir ni pases mucho tiempo despierto en la cama.

Estas medidas, aun siendo eficaces en algunos pacientes, en otros no lo son tanto. Es importante descubrir qué es lo que mejora tus síntomas.

  • Antes de ir a dormir, el ejercicio suave suele aliviar. Sin embargo, los ejercicios intensos suelen empeorar los síntomas.

  • También pueden ser de ayuda, en determinados pacientes, aplicar calor o frío local en las piernas. Un baño o una ducha también pueden resultar útiles.

  • La actividad mental, estar distraído o concentrado en algo agradable puede reducir la percepción de las molestias.

Tratamiento farmacológico SPI

Además de seguir las recomendaciones – ya mencionadas – de la conveniencia de tener una vida saludable, tomar los suplementos vitamínicos (vitamina C) y minerales necesarios (hierro, potasio, magnesio y calcio), eliminar sustancias que aviven los síntomas (café, té, etc.), y realizar determinadas actividades como caminar, estirarse, tomar un baño frío o caliente, etc. Es fundamental que exista una estrecha relación entre el paciente y el médico para que el tratamiento sea óptimo.

Lo primero que hay que hacer para aliviar los síntomas es tener una vida ordenada y una higiene del sueño adecuadas (acostarse y levantarse todos los días a la misma hora y tener un ambiente de sueño tranquilo) ya que el insomnio y el cansancio general tienden a empeorarlos.

No obstante, el tratamiento farmacológico puede resultar necesario. Actualmente, estas son algunas de las opciones terapéuticas que se ofrecen:

  • Agentes dopaminérgicos

    Realizado, como su nombre indica, mediante agentes dopaminérgicos, es el tratamiento principal para tratar esta patología. Consiste, básicamente, en agonistas receptores de dopamina, como son el ropirinol y el pramipexol. Este tipo de medicamentos son todos de prescripción médica y suelen recetarse en dosis bajas que, con el tiempo, se van incrementando muy lentamente para disminuir los posibles efectos secundarios que pudiesen aparecer, como hipotensión y nauseas.

  • Sedantes

    Escasamente efectivos para aliviar los síntomas del Síndrome de Piernas Inquieta. Su principal inconveniente es la posibilidad existente de sedición diurna, problemas de memoria y caídas. Además, la utilización prolongada de sedantes, sobre todo si son de tipo benzodiacepínico, puede producir problemas de dependencia. Se toman justo antes de acostarse, además de un agente dopaminérgico. También utilizado por las personas que tienen síntomas primarios a la hora de irse a dormir.

  • Analgésicos

    La codeína, el propoxifeno y la metadona son algunos de los medicamentos utilizados. Este tipo de fármacos se utilizan en su mayoría para pacientes con SPI con síntomas de inquietud graves.

    Al igual que los sedantes, su principal inconveniente es la posibilidad de adicción, sobre todo si se ingiere en altas dosis. Además, su utilización en pacientes con problemas respiratorios puede ser complicada.

  • Anticonvulsionantes

    Este tipo de medicación es particularmente efectiva para tratar síntomas dolorosos asociados con el Síndrome de Piernas Inquietas. También se utiliza en casos en los que, el paciente, no responde adecuadamente a los fármacos dopaminérgicos.

tratamiento farmacológico

No obstante, es recomendable que acuda a su centro especializado para ser evaluado correctamente. Es el médico quien debe determinar la intensidad de los síntomas que presenta y valorar la posibilidad de un tratamiento que controle la enfermedad.

Referencias bibliográficas

  • Síndrome de Piernas Inquietas: Tratamiento. Asociación Española del Síndrome de Piernas Inquietas (AESPI). Disponible en: https://www.aespi.net/spi/