Relaciones de pareja

Diversos estudios han puesto de manifiesto el impacto que las enfermedades reumáticas tienen sobre la vida sexual de los pacientes. Sin embargo, la vida sexual con tu pareja es esencial para tu bienestar físico (se liberan endorfinas, el cuerpo deja de ser fuente de dolor y se convierte en fuente de placer) y psicológico, ya que te hace sentir mejor en general y reduce la percepción de dolor e incluso la incidencia de algunas enfermedades.

Las pautas que te proponemos se pueden agrupar en tres fases:

• Dirigidas a uno mismo: evita convertir el dolor en el centro de tu vida, ya que eso no te dejará disfrutar del resto de cosas positivas. Intenta mantenerte en buena forma, practicando algún tipo de ejercicio físico suave y consulta con un fisioterapeuta. En casos de disfunción eréctil, hay medicamentos que se pueden utilizar, pregunta al médico qué fármaco es el más adecuado, y recuerda que automedicarse no es buena idea especialmente cuando estás en tratamiento para cualquier otra enfermedad. Para los casos de sequedad vaginal, se recomienda utilizar lubricantes a base de agua, terapia sustitutiva de estrógenos o crema de estrógenos. Educar la autoestima, cuidarse uno mismo, darse caprichos, potenciar la sensualidad. Hacer cosas por uno mismo que le hagan sentirte atractivo como cambiar de imagen, usar nuevos productos (perfume, cremas corporales), lencería, todo ayuda a que te sientas mejor y con más ganas de todo.

• Para el paciente con su pareja: es importante tener una relación muy comunicativa, y que ambos os prestéis comprensión y apoyo. Mantener una vida sexual gratificante es una tarea de los dos. La confianza es clave: si algo de lo que haces te molesta o te duele, debes decírselo a tu pareja. Aprovecha para utilizar el humor y los cumplidos. Cuida tu relación de pareja (a todos nos gustan las sorpresas, los regalos…). Es importante destacar que la vida sexual puede fortalecer la unión y no tenerla puede ser un detonante de problemas de la convivencia o la relación.

• Para el encuentro sexual: prepara ese momento para prevenir el dolor y el cansancio, planea la relación en el punto de mayor efecto de la medicación (o toma algún analgésico una media hora antes). Ponerse calor local unos 10-15 minutos antes del encuentro sexual puede ayudar a que las articulaciones molesten menos. Realiza una serie de ejercicios de estiramiento antes de la relación. Otras formas de preparar ese momento son darse un baño caliente, recibir un masaje relajante, ponerse una crema analgésica, calentar la cama o la habitación si hace frío, y utilizar almohadas o cojines para apoyar determinadas zonas del cuerpo.

Si eres mujer, debes tener esto en cuenta

Un diagnóstico de enfermedad reumática puede llegar en plena juventud, y quizá en ese primer momento no te planteas ni de lejos ser madre. Pero las decisiones terapéuticas que tomes en ese momento pueden ser decisivas si en el futuro sí quieres tener hijos.

Habla siempre con el especialista para planificar bien el embarazo porque, con muchos medicamentos, existe un “periodo de lavado” en el que no deberías quedarte embarazada, aunque hayas suspendido el tratamiento, ya que el organismo tarda en deshacerse completamente de los restos de fármacos que puedan quedar en él.

Anticonceptivos

Tu especialista te dirá cuál es el método anticonceptivo más adecuado, aunque en general, todos los métodos de barrera (diafragma, preservativo), y los DIU son idóneos. También puedes tomar la píldora anticonceptiva si no tienes anticuerpos antifosfolípidos (AAF) y si no hay contraindicación de otro tipo. Las pacientes con vasculitis o con lupus eritematoso sistémico tampoco pueden tomar anticonceptivos hormonales como la píldora. Insistimos: es muy importante planificar los embarazos y consultar cualquier medicación con tu reumatólogo.

Es posible que te preocupe que tu descendencia herede la enfermedad, pero las probabilidades son pequeñas y no deberían afectar tu decisión de ser madre. Lo más trascendente para la salud de tus futuros hijos es planificar bien el embarazo y llevar una vida saludable.

Si ya has tomado la decisión de ser madre, mantener la enfermedad controlada hará que la salud tanto tuya como de tu bebé sean mucho mejores y reducirá la posibilidad de complicaciones.

Es muy importante que tu especialista te informe de todas las opciones antes de tomar ninguna decisión sobre el tratamiento, ya que él se asegurará de que afrontes en las mejores condiciones el embarazo y la crianza. La planificación es clave tanto para lograr ese objetivo como para evitar que un embarazo no planificado se produzca mientras tomas medicación que puede causar malformaciones, como es el caso de metotrexato. En cambio, otros tratamientos garantizan la seguridad para el bebé: aquellos capaces de mantener tu enfermedad controlada sin traspasar la placenta.

Los especialistas estudiarán cada caso para saber si el paciente toma algún medicamento que pueda ser perjudicial para el feto o si afecta a la fertilidad y lo normal es que proponga un reposo farmacológico de unos tres meses. Pasado este plazo sin tratamiento, se hará un espermiograma para comprobar que todo vuelve a la normalidad y pueda seguir adelante con su objetivo de tener descendencia.

En el caso de que sufras disfunción eréctil, no te automediques y consulta con el especialista. El asunto no es tan infrecuente como puedas pensar, y es un tema que cada vez se aborda más en las consultas. Piensa que cualquier cosa que tomes puede interferir en el tratamiento que estás tomando, incluso aunque sean productos supuestamente “naturales” o de herbolario, cuya composición puede no estar muy clara.