Las causas de esta enfermedad son desconocidas y aunque no están claras, se sabe que como en toda enfermedad autoinmune existe cierta predisposición genética. Esta podría aumentar el riesgo de padecer la enfermedad, pero no provoca irremisiblemente la artritis reumatoide. Dado que por ahora prevenir el origen genético resulta difícil, es posible incidir sobre otros factores ambientales que empeoran la artritis reumatoide, como la obesidad o el tabaquismo, o no llevar una dieta saludable.