La variante axial de la espondiloartritis principalmente impacta las articulaciones entre las vertebras en la parte trasera de la pelvis, cerca de las nalgas (sacroilíacas). Esta variante comprende tanto la espondiloartritis axial no radiográfica (sin lesiones visibles en radiografías) como la espondilitis anquilosante, identificada por la soldadura visible de las vértebras afectadas en radiografías, evolucionando en casos no tratados hacia la "columna de bambú": una fusión de ligamentos y discos intervertebrales que recuerda a los nudos en la caña de bambú.

Conocer la Espondiloartritis Axial y sus síntomas

Las causas exactas de estas enfermedades reumáticas son desconocidas, aunque hay un componente genético, siendo el gen HLA-B27 un marcador común. Sin embargo, sólo una minoría desarrolla la enfermedad, apuntando a otros factores desencadenantes como el tabaquismo, el estrés, y la ansiedad como influencias. Mantener hábitos saludables y evitar el estrés pueden ayudar a reducir el riesgo, especialmente para aquellos con predisposición genética.

Los síntomas que deben alertar para buscar un diagnóstico temprano y tratamiento incluyen dolor lumbar inflamatorio, afectación de entesis, fatiga inexplicable, fiebre leve, rigidez matutina prolongada y episodios de tumefacción con o sin dolor en dedos, conocidos como dactilitis o "dedo salchicha". Prestar atención a estos signos es esencial para abordar la enfermedad y prevenir posibles daños permanentes.

Tratamientos y medicamentos

La gestión médica de la Espondiloartritis Axial involucra dos enfoques importantes: el tratamiento no farmacológico, que se centra en la adopción de hábitos saludables, el ejercicio físico y el control de factores de riesgo cardiovasculares; y el tratamiento farmacológico, destinado a aliviar el dolor, reducir la inflamación y prevenir daños en las articulaciones para mejorar la calidad de vida del paciente.

Algunos de estos fármacos son antiinflamatorios, corticosteroides y fármacos modificadores de la enfermedad.

Ejercicio y fisioterapia

El ejercicio físico es esencial en el tratamiento de la Espondiloartritis Axial, ofreciendo beneficios notables: alivia el dolor y la rigidez, mejora la fuerza y la condición física, favorece la pérdida de peso y controla la tensión arterial y el colesterol. Su práctica regular fortalece huesos y músculos, facilita el descanso y mitiga la depresión y ansiedad, mejorando la calidad de vida de quienes lo practican.

Tipos de Ejercicios Recomendados:

• Ejercicios Aeróbicos: Estos ejercicios, al ser "con oxígeno", requieren un esfuerzo muscular sostenido y prolongado, facilitando el suministro de oxígeno a los músculos a través de la sangre. Actividades como caminar, correr, nadar o andar en bicicleta son ejemplos de este tipo de ejercicios.
• Ejercicios de Fortalecimiento: Se centran en mejorar la fuerza muscular y se realizan utilizando resistencias como pesas o bandas elásticas, entre otros.
• Ejercicios Isométricos: Consisten en ejercicios de fortalecimiento muscular donde se mantiene una contracción muscular sin movilizar la articulación. Pueden resultar útiles durante episodios de inflamación articular aguda.
• Ejercicios de Estiramiento (Elasticidad): Estos movimientos tienen como objetivo mejorar la movilidad y prevenir lesiones. Ayudan a ampliar el rango de movimiento articular, manteniendo la funcionalidad musculoesquelética, el equilibrio y la agilidad.

Estrategias para la gestión del dolor y la rigidez

Un manejo efectivo de la Espondiloartritis Axial se encuentra estrechamente ligado a la adopción de hábitos saludables. Esto abarca aspectos como mantener una alimentación balanceada, evitar el consumo de tabaco y alcohol, así como controlar el peso corporal y manejar adecuadamente el estrés, todos elementos que influyen significativamente en el curso de la enfermedad.

El estrés se ha asociado con la exacerbación del dolor. Para contrarrestar este efecto, es aconsejable integrar rutinas regulares de ejercicio físico, practicar actividades de relajación y meditación, y dedicar tiempo de calidad con seres queridos. Estas prácticas no solo impactan en el bienestar mental y emocional, sino que también contribuyen a modular los brotes de dolor asociados con la Espondiloartritis Axial.

Adaptaciones en el estilo de vida

Es esencial adoptar un enfoque no medicamentoso para el tratamiento, integrando hábitos de vida saludables, ejercicios regulares y el control de factores de riesgo cardiovascular como la presión arterial, el colesterol, la glucosa y la abstención de fumar.

Los hábitos saludables influyen significativamente en el manejo de la Espondiloartritis Axial. Entre ellos, se destacan una dieta equilibrada, evitar el consumo de tabaco y alcohol, y controlar el peso y el estrés.

• Dieta. Una alimentación equilibrada, baja en calorías y rica en frutas, verduras, pescado y legumbres es crucial. Esto ayuda a mantener un peso adecuado y controlar el colesterol, evitando alimentos ricos en colesterol como carnes procesadas, bollería industrial y snacks, mientras se favorece una dieta mediterránea con moderada ingesta de sal.
• Tabaco y alcohol. Estudios recientes vinculan el tabaquismo con la progresión de la enfermedad y una respuesta menos efectiva a los tratamientos. Dejar de fumar es altamente recomendado. El consumo de alcohol, por su parte, agrava el hígado graso y contraindica ciertos tratamientos que afectan al hígado.
• Control de peso. Mantener un peso saludable reduce los riesgos cardiovasculares, disminuye la presión arterial, el colesterol y la glucemia, mejora la respuesta al tratamiento y controla la inflamación, reduciendo la carga en articulaciones como rodillas y caderas.
• Reducción del estrés. El estrés se relaciona con brotes de dolor. Para contrarrestarlo, se recomienda hacer ejercicio regular, prácticas de relajación, meditación y disfrutar del tiempo con familiares y amigos. El ejercicio es fundamental en el tratamiento, conoce los tipos recomendados y sus beneficios en el control de la enfermedad.

Apoyo emocional y psicológico

En muchas ocasiones las asociaciones de pacientes facilitan el intercambio de vivencias entre los afectados, fomentando el entendimiento y cuidado de la enfermedad, brindando un apoyo psicológico valioso. Asimismo, difunden conocimientos científicos sobre la Espondiloartritis Axial, promoviendo la sensibilización social y buscando la total integración de quienes la padecen.

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