Debes confiar tu salud a especialistas en reumatología que lideren al equipo médico que abordará tu tratamiento. En ese equipo, estarás también tú, además de tu médico de familia y todos los profesionales sanitarios (enfermería, fisioterapia, psicología, etc.) que pueden contribuir a tu bienestar y a que sigas las indicaciones del tratamiento.
Además de los fármacos, deberás adaptar tu vida a un ritmo saludable, incorporando rutinas como el ejercicio moderado y adaptado a tu condición física (caminar, nadar, montar en bici, yoga, pilates), una alimentación equilibrada y un ritmo de trabajo y de descanso que garantice tu bienestar.
Según actúen sobre los síntomas o sobre el avance de la enfermedad, tenemos dos tipos de tratamiento.