Más del 50 % de los pacientes con miastenia recibe al menos un diagnóstico erróneo antes de llegar al correcto. Algunos pasan por neurología, oftalmología, atención primaria… Y mientras tanto, siguen golpeando ese vidrio invisible, sin que nadie los oiga. El retraso en el diagnóstico, según estudios recientes, puede alcanzar los 2 a 3 años de media. El problema no es que la miastenia no se pueda diagnosticar. El problema es que aún no se piensa en ella lo suficiente.
La Asociación Europea de Miastenia (EuMGA) lanza una campaña de concienciación para sensibilizar e informar sobre la invisibilidad de la Miastenia Gravis y acelerar su diagnóstico.
El objetivo es impactar al mayor número de personas para dar voz a las personas con Miastenia, aumentar su visibilidad social y médica, y avanzar en el reconocimiento de sus derechos.