Seguramente nos encontremos ante las Navidades más atípicas de los últimos tiempos debido a la pandemia de la COVID-19. Ya de por sí, la Navidad es una época que supone muchos retos para las personas con psoriasis: celebraciones y reuniones con familiares y amigos con las dosis de estrés y cansancio que ello puede suponer. A todo eso hay que añadir los problemas, las restricciones y la incertidumbre asociada a la pandemia del coronavirus que va a determinar que esta Navidad sea diferente. Anticiparnos y planificar responsablemente la Navidad puede ser una medida que contribuya a impedir que nuestra psoriasis empeore.

La psoriasis es una enfermedad inflamatoria crónica que afecta principalmente a la piel, cuyas lesiones pueden acabar afectando emocionalmente a quienes la padecen. Además, el estrés psicológico es considerado uno de los principales responsables de la aparición y empeoramiento de la psoriasis, lo que establece un círculo vicioso entre el estrés y la enfermedad.

La actual situación de pandemia por la COVID-19 puede suponer un estímulo negativo añadido para la manifestación de la psoriasis. La Navidad es una época del año que siempre ha supuesto un desafío emocional importante, con largas celebraciones y reuniones familiares asociadas con grandes comilonas, consumo de bebidas alcohólicas, descanso reducido, etc.

En esta ocasión es posible que el estrés venga además motivado por la incertidumbre derivada de la pandemia, ya que se recomienda limitar las reuniones y se regula la libre circulación, con toques de queda y otras restricciones.

Por otro lado, la apelación a la responsabilidad individual puede suponer una carga añadida de estrés. De este modo, valorar el riesgo que se contrae al reunirse con familiares pertenecientes a grupos de riesgo (padres, abuelos, etc.) no es tarea fácil. En estas circunstancias es importante planificar bien la Navidad y tomar decisiones responsables que no comprometan la salud de nuestros familiares y personas queridas, pero tampoco la nuestra.

Sin embargo, no parece una buena solución optar por el aislamiento social. Por suerte, la tecnología hace posible la comunicación con familiares y amigos para que el contacto no desaparezca. De otro modo, el sentimiento de aislamiento podría provocar un aumento en los niveles de estrés.

El tratamiento es uno de los elementos esenciales para el control de enfermedades crónicas como la psoriasis. Una vez que el especialista ha establecido el tratamiento más adecuado, es fundamental su cumplimiento sin saltarse ninguna dosis o aplicación.

En este sentido, la Navidad con sus celebraciones, comidas y reuniones familiares −aunque en esta ocasión estén limitadas− pueden conllevar un menor seguimiento del tratamiento. Es importante remarcar la importancia de una buena adherencia para controlar la enfermedad y evitar su progresión. Para ello, es esencial la motivación del paciente, lo que implica disponer de una información adecuada. Cuando los pacientes son conscientes de la manera en la que su tratamiento puede mejorar los síntomas de la enfermedad y su calidad de vida, la adherencia al tratamiento es mayor.

Por otro lado, una de las inquietudes derivadas de la pandemia del coronavirus en lo relativo al tratamiento con medicamentos biológicos es si se debe continuar con normalidad, dado su efecto sobre el sistema inmune. En este sentido, no existe ninguna evidencia que recomiende la interrupción del tratamiento, ni de que exista un mayor riesgo de contraer la COVID-19 relacionado con este tipo de medicación.

En cualquier caso, si se tienen dudas sobre el tratamiento, siempre se debe acudir al médico y consultar con fuentes fiables sobre psoriasis y COVID-19.

Un ingrediente siempre imprescindible para disfrutar de un buen estado de salud son los hábitos saludables. Una alimentación adecuada, unos buenos hábitos de descanso, así como evitar el sedentarismo se relacionan con un mejor estado de salud general. En el caso de la psoriasis, estos hábitos pueden determinar un mejor control de la enfermedad, una menor recurrencia de brotes y la disminución del riesgo cardiovascular, entre otros beneficios.

Además, en Navidad es habitual cometer ciertos excesos con la alimentación, así como con el consumo de bebidas alcohólicas. Se trata de factores que se relacionan con un peor control de la psoriasis y un aumento del riesgo de los brotes. Finalmente, el exceso de peso también se relaciona con esos factores, a la vez que determina un peor pronóstico en pacientes afectados por la COVID-19.

Planificar la Navidad con prudencia

La principal motivación que debe acompañarnos esta Navidad es la prudencia. Esta nos ayudará a mantener el contacto con los nuestros sin poner en riesgo a las personas vulnerables frente a la COVID-19. De este modo, una buena planificación que asuma la excepcionalidad de este año permitirá que encontremos el equilibrio psicológico que nos permita también tener controlada a la psoriasis y sus manifestaciones.

Finalmente, hay que recordar que, aunque todavía quedan muchas incertidumbres que despejar, la vacuna para la COVID-19 parece estar ya cerca. Esto debe dibujar un horizonte de optimismo que nos permita dar el año próximo todos los abrazos que no hemos podido en este 2020.

Bibliografía

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