La calidad de vida en pacientes con Parkinson
Debido a los avances terapéuticos y diagnósticos, además del incremento de la esperanza de vida, se calcula que el número de personas que padecen Parkinson se triplicará dentro de 30 años.
La calidad y esperanza de vida de una persona que tiene Parkinson puede verse muy afectada. A continuación, explicamos en detalle cuáles son los factores de riesgo y cómo mejorar su calidad de vida.
Factores de riesgo
Hoy en día no se conocen con exactitud cuáles son los factores de riesgo que influyen en el desarrollo del Parkinson, no obstante, sí se conoce que existen más de 20 mutaciones genéticas asociadas que expliquen más o menos el 30% de las formas familiares de esta enfermedad y el 3-5% de las formas esporádicas. En este post puedes leer más acerca sobre papel de la genética en la enfermedad de Párkinson.
Otros factores como el sexo, la edad o la exposición a otros factores externos (el tabaquismo, el alcohol o ciertos tóxicos) pueden influir también en el desarrollo de la enfermedad.
Y no podemos dejar de mencionar que hay otros aspectos como el índice de masa corporal, el colesterol sanguíneo, la hipertensión arterial, la diabetes mellitus o la posibilidad de existencia de daño cerebral traumático son también factores de riesgo.
El Parkinson es una enfermedad que se desarrolla y afecta de manera diferente a cada paciente, por lo que no se puede conocer con exactitud cómo puede afectar a cada individuo. Sin embargo, pese a que las complicaciones motoras son las que más pueden causar impacto, son los síntomas no motores (la demencia y/o la psicosis) la principal causa de morbilidad en los pacientes con Parkinson en nuestro país.
Retraso en el diagnóstico
El diagnóstico, más bien el diagnóstico tardío, es uno de los principales motivos que hacen que la esperanza de vida de los pacientes con Parkinson se acorte. El tiempo de media que se tarda hoy en día en diagnosticar a una persona con Párkinson es de 1 a 3 años, por lo que la Sociedad Española de Neurología estima que más de 10.000 casos (el 50% de los nuevos casos) que se producen cada año se encuentran aún sin diagnosticar.
Una de las causas del infradiagnóstico se debe al reconocimiento de las alteraciones físicas, puesto que los pacientes que sufren la enfermedad tardan en identificar los síntomas y acudir al médico especialista. En otros casos, los pacientes ni siquiera experimentan dichos síntomas.
Pese a la creencia de que los síntomas motores como los temblores son los más característicos del Parkinson, un 30-40% de los casos no presentan dicho síntoma. y un 40% manifiesta la enfermedad a través de la depresión, uno de los aspectos que más puede afectar a la calidad de vida del paciente. Además, los trastornos gastrointestinales, los del sueño o los cognitivos, entre otros, son maneras a través de las cuales se puede manifestar la enfermedad.
Si el paciente no presenta síntomas motores, esto es, la bradicinesia, la rigidez, el temblor en reposo, la inestabilidad postural, o los presenta de manera tardía, esto hace que se prolongue el diagnóstico de manera tardía.
¿Cómo podemos mejorar la calidad de vida del paciente?
Todas las personas que rodean al paciente, familiares, amigos, médicos, enfermeros, etc., deben aportar su granito de arena y hacer que esté lo más cómodo posible. Entre otras recomendaciones, destacamos las siguientes:
- Seguimiento: realizar un seguimiento del estado del paciente, de los síntomas, así como de su medicación.
- Independencia: sobre todo al inicio de la enfermedad es importante que el paciente no esté sobre-protegido, es mejor ayudarle en aquellas tareas que no sea capaz de realizar solo.
- Ejercicio físico: la realización de actividad física produce la subida de dopamina, antioxidantes y los transportadores que previenen o retrasan la aparición de los síntomas de la enfermedad.
En cualquier caso, consultar siempre las dudas al médico especialista, te ayudará a comprender mejor la enfermedad para que puedas ayudar al paciente.