Familiares y/o cuidadores

En las fases más avanzadas, además de estar informados y preparados, deben saber la existencia de los recursos existentes como pueden ser los servicios de ayuda a domicilio, teleasistencia, o ayudas técnicas como utensilios adaptados, bastones, muletas o sillas de ruedas, por ejemplo; y cómo conseguirlos.

Normalmente desde los centros de salud (a través de los trabajadores sociales, enfermeros gestores de casos y otros profesionales), asociaciones de párkinson y otras entidades se puede obtener información sobre la mayoría de estos servicios y qué documentación se requiere para solicitarlos.

Otro recurso son los Centros de Día donde las personas pueden pasar unas horas, realizar talleres, y tener asistencia en su rehabilitación con el apoyo de fisioterapeutas, logopedas y terapeutas ocupacionales. Además de resultar útiles para la persona afectada, permite un respiro a las personas cuidadoras para que pueden emplear ese tiempo en cuidarse a sí mismos. Hay Centros de Día especializados en párkinson, y otros destinados a cuidar a la persona con párkinson durante periodos vacacionales.

Un aspecto de gran importancia es la adherencia terapéutica a los tratamientos. Es esencial cumplir con las terapias prescritas por los profesionales sanitarios ya que la persona se encontrará mejor, tendrá menos síntomas y ganará en movilidad lo que, a su vez, repercutirá en una menor dependencia de su cuidador.

Finalmente, las personas cuidadoras deben saber cuidar de sí mismos, expresar sus sentimientos y poner límites para encontrar un equilibrio entre cuidar de su familiar y su vida personal; que pueden contar con los profesionales de enfermería como sus aliados; y que existen grupos de terapia de personas cuidadoras para compartir sus experiencias y mejorar su situación.