Laura Morer: “La ayuda psicológica es vital en el abordaje del párkinson”
Nos enfrentamos a un diagnóstico duro, nuevo, muy desconocido e incierto. Manejar bien las emociones, saber identificar la sintomatología y tener la suficiente información para conseguir una buena calidad de vida es básico tanto para la persona a la que afecta la enfermedad como para su entorno más cercano.
En nuestro proyecto hemos observado una mejoría notable de aquellas personas y familias que han formado parte de esta iniciativa y que, posteriormente, han seguido con la terapia psicológica como acompañamiento a su proceso.
El estudio que realizamos sobre Neuropsicología y párkinson ha analizado la eficacia de la terapia psicológica y la Neuropsicología en pacientes y familiares de diagnóstico reciente. Queríamos validar, con diversos grupos, los cambios en la sintomatología de personas que recibían apoyo psicológico frente a los que no la recibían. Los resultados han sido muy positivos; hemos visto que, efectivamente, las personas que han recibido apoyo de un profesional han hecho un mejor manejo de síntomas como la apatía. Además, han mejorado su estado de ánimo y han realizado un mejor proceso de aceptación de la enfermedad.
Durante el proyecto han estado directamente implicados una psicóloga y dos neuropsicólogas. Como apoyo al proyecto también hemos contado con una profesional de atención social y con el equipo de terapeutas rehabilitadores, principalmente un fisioterapeuta y un logopeda.
La información es imprescindible para que una persona afectada pueda hacer un buen manejo de la enfermedad. En este sentido, una buena formación, junto con el adecuado acompañamiento durante los primeros años de la enfermedad desde el área de la Psicología, son requisitos imprescindible para llegar a los objetivos de conseguir mejorar el control de los síntomas y evitar en la medida de lo posible el avance de la enfermedad.
Sabemos que es una enfermedad crónica y neurodegenerativa; por lo tanto, cuanto antes trabajemos y tengamos estrategias para hacerle frente, mejor calidad de vida vamos a tener. Tenemos que trabajar desde al área de la Psicología, porque es muy importante, pero también debemos tener en cuenta la Fisioterapia o la Logopedia para abordar otros síntomas motores con los que el paciente va a encontrarse a lo largo de la enfermedad.
Podemos decir que ocurre lo mismo con los familiares y/o cuidadores de estos pacientes. La información es clave, y sabemos que la evolución de la enfermedad vendrá muy condicionada por el buen manejo de esta desde el paciente y desde la familia. Un paciente con una buena calidad de vida supone que sus familiares y cuidadores tendrán una buena calidad de vida. Por este motivo, incluimos a los familiares en este proyecto desde el principio.
Así ayuda la Neuropsicología a los afectados por el párkinson
La Neuropsicología es una rama de la Neurociencia que estudia las relaciones entre el cerebro y la conducta tanto en sujetos sanos como en los que han sufrido algún tipo de daño cerebral. Su objeto de estudio es el conocimiento de las bases neurales de los procesos mentales complejos. ¿Y cuáles son estos procesos mentales? Se trata de la atención, el lenguaje, la memoria, la percepción, las praxias, la emoción y las funciones ejecutivas.
El conjunto de todos estos procesos mentales define la forma de ser de cada uno y cómo nos enfrentamos a la realidad. El especialista en Neuropsicología realiza una evaluación de las capacidades cognitivas de la persona para averiguar si alguna está fallando. Con los resultados, el neuropsicólogo puede plantear un programa de rehabilitación y trabajar para mejorar aquellas funciones que están dañadas o no se han desarrollado de una forma correcta.
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