El SLG se encuentra significativamente infradiagnosticado en la edad adulta debido a la evolución de sus características clínicas y las alteraciones del EEG, siendo más difíciles de reconocer, y a un menor conocimiento de este síndrome entre los profesionales sanitarios que tratan a esta población en edad adulta.
Aunque se han reportado casos de inicio de esta enfermedad en la segunda década de la vida, en la mayoría de los casos aparece típicamente en la infancia. En un estudio realizado por Roger y colaboradores en 1987 con 338 pacientes con SLG desde la edad pediátrica hasta la edad adulta se observó que el 46,5 % de los pacientes adultos seguían presentando las características que definen el SLG. Y dentro de este grupo el 15,6 % de los pacientes presentaban epilepsia multifocal persistente. Los pacientes menos afectados (37 %) habían tenido un inicio de la enfermedad más tardío, entre los 7-11 años con una duración más breve de la epilepsia activa (2-6 años) pero incluso en este grupo el 20 % de los pacientes continuaba teniendo crisis focales con alteraciones neurológicas y psiquiátricas persistentes.
Los adultos con SLG suelen presentar menos crisis de caída, sin embargo, las crisis tónicas nocturnas son frecuentes. Además de los cambios en el tipo de crisis y su frecuencia, también hay importantes cambios en el EEG de estos adultos: los complejos punta- onda lenta rara vez se observan, sin embargo, la actividad rápida paroxística generalizada suele persistir durante el sueño.
Como consecuencia del infradiagnóstico, estos adultos con SLG no reciben un tratamiento ni un control de sus síntomas adecuados.