Aunque las deficiencias cognitivas y alteraciones en el comportamiento pueden empezar después de la primera crisis epiléptica, en la mayoría de los casos ni padres ni médicos perciben ningún retraso y el desarrollo durante el primer año de vida de los niños con Síndrome de Dravet (SD) parece normal. Sin embargo, con los tests apropiados se pueden detectar algunos problemas visuales relacionados con la agudeza visual y la fijación de la vista.
Durante el segundo año de vida, las crisis en las que se producen movimientos involuntarios y rápidos de músculos o grupos de músculos (crisis mioclónicas) coinciden con el retraso psicomotor y cognitivo, los cuales aparecen gradualmente. La marcha se retrasa en el 60 % de los pacientes, así como el desarrollo del lenguaje. Asimismo, el déficit de atención aparece con frecuencia. La cuarta parte de los pacientes muestran un comportamiento con rasgos autistas con poco contacto visual, y también son frecuentes los síntomas de ansiedad y los rasgos obsesivos de personalidad.
La dificultad con la regulación de la temperatura se observa en una alta proporción de pacientes (aproximadamente el 80 % de los de 1 a 3 años). Este problema a menudo persiste en la edad adulta y coincide con la falta de sudoración.
También pueden aparecer anomalías en el inicio de la pubertad en estos pacientes, ya sea retraso en la pubertad o pubertad precoz.