La conducción es un tema que suele preocupar a las personas con epilepsia. Hace 10 años, un informe de la Unión Europea “Epilepsia y conducción en Europa” puso de manifiesto que las personas que mantienen controlada la epilepsia tienen un riesgo de siniestralidad bajo y que se puede establecer una relación entre este riesgo y la posibilidad de tener un accidente en el año siguiente.
No obstante, también hay estudios que han demostrado un riesgo potencial que pueden tener las personas con epilepsia al ponerse delante del volante, en especial quienes tienen pérdidas de consciencia, crisis convulsivas o toman ciertos medicamentos.