Existen muchos tipos de epilepsia y síndrome epiléptico, todos son diferentes
La epilepsia es una enfermedad crónica que se localiza en la corteza cerebral, provocada por un exceso esporádico de actividad eléctrica en determinados grupos de neuronas. En función de cuáles sean estas neuronas, la enfermedad podrá afectar a funciones como el movimiento, el comportamiento y el nivel de conciencia.
Las causas de la epilepsia pueden ser muy diversas, y en la gran mayoría de los casos no es posible identificarlas. Por el contrario, cerca de un 30% de las crisis epilépticas pueden tener causas definidas, como determinadas enfermedades hepáticas y renales, alcoholismo, diabetes, traumatismos en la cabeza y problemas fetales que afectan al desarrollo cerebral, tumores cerebrales y meningitis. Finalmente, también pude haber epilepsias de origen hereditario.
Para que se considere epilepsia deben producirse dos o más crisis sin la presencia de una enfermedad aguda que las cause.
Las crisis epilépticas y sus características son uno de los principales elementos que definen a la enfermedad, su tratamiento y los cuidados que requiere. Por lo general, suelen durar desde unos segundos a escasos minutos, tras los que el cerebro vuelve a funcionar con normalidad. El tipo de síntomas que acompañan a las crisis epilépticas dependen de la zona cerebral afectada y de la causa de la epilepsia.
Existen más de 30 tipos de crisis epilépticas diferentes que, en función de la zona cerebral afectada, se pueden catalogar dentro de epilepsias generalizas, epilepsias focales o epilepsias de inicio desconocido.
La afectación neuronal se localiza en los dos hemisferios del cerebro. Pueden tener lugar con o sin convulsiones y pueden conllevar la pérdida de conocimiento. Su manifestación puede producirse de diferentes formas:
Crisis parcial simple. En este tipo de crisis se ve alterado el movimiento, la memoria, la vista y/o el oído. No hay pérdida de conocimiento.
Crisis parcial compleja. La persona afectada queda en aparente estado de trance, con pérdida del conocimiento o “desconexión del medio”, a la vez que aparecen manifestaciones en una determinada zona corporal como ocurría en las crisis parciales simples. La diferencia con estas es la “desconexión del medio del paciente” que durante la crisis, no es consciente de lo que ocurre.
Crisis secundariamente generalizada. El inicio de la crisis es parcial pero se extiende al resto del cerebro, desembocando en una crisis generalizada.
El médico, a partir de la información disponible, no puede determinar si se trata de epilepsia con crisis focal o generalizada. Las epilepsias infantiles suelen ser síndromes que cursan con crisis generalizadas.
Dada la complejidad y diversidad de la epilepsia, los síndromes epilépticos se definen en función de la edad de inicio, el tipo de crisis epilépticas y las alteraciones evidenciadas en el EEG (electroencefalograma) y normalmente se diagnostican durante la infancia y adolescencia.
También es importante atender a los desencadenantes de las crisis, la respuesta al tratamiento, la variación diurna o el pronóstico de la enfermedad. Los síndromes epilépticos también pueden presentar enfermedades asociadas comunes, como disfunciones intelectuales y psiquiátricas.
Los síndromes epilépticos más frecuentes son:
La epilepsia fotosensibles es un tipo de epilepsia cuyas crisis se producen por un estímulo externo bien definido: un estímulo lumínico, como las luces rojas intermitentes. En este sentido, este estímulo puede provenir de diferentes fuentes, incluyendo las imágenes de televisión, videojuegos y ordenadores, las luces fluorescentes o las imágenes con patrones geométricos.
La epilepsia fotosensible afecta al 5% de los niños y adolescentes con epilepsia entre los cinco y los 18 años. Para controlarla se recomienda evitar la exposición a las luces brillantes agresivas.
Referencias:
¿Recomendarías la web de UCBCares?