Los ciclos menstruales y el cambio de hormonas pueden desencadenar crisis epilépticas, aumentar su frecuencia o empeorarlas.
Se trata de de la epilepsia catamenial caracterizada por un aumento de la probabilidad de tener crisis epilépticas bien mientras el cuerpo está ovulando o bien en los primeros días de la menstruación. Se relaciona con el aumento de los estrógenos y la progesterona, dos hormonas que pueden afectar a la excitabilidad del cerebro.
Durante la primera mitad del ciclo menstrual, el cuerpo femenino produce estrógenos que se cree que suelen favorecer la aparición de las crisis; y después de la ovulación (aproximadamente a la mitad del ciclo menstrual) el cuerpo empieza a producir progesterona que tiene un efecto anticonvulsivo, lo que hace que se produzcan menos crisis.