Aprovecha el momento
El Colegio Oficial de Psicología de Madrid nos aconseja también “aprovechar el momento”. Podemos disfrutar esta situación anómala para realizar actividades que nos gustan pero que no hacemos por falta de tiempo: leer, ver series, escuchar música, practicar juegos de mesa, etc. En definitiva, debemos practicar acciones que nos entretengan, pero que no nos generen ansiedad, para evitar el riesgo de sufrir una crisis.
Los psicólogos dicen también que puede ser el tiempo perfecto para que las personas con epilepsia fomenten su creatividad, en solitario o en compañía, como escribir, cocinar, redecorar la casa, etc. En internet hay miles de tutoriales que nos ayudarán a mejorar. Además, podemos y debemos practicar ejercicio en casa, aunque solo sea pasear por el pasillo. La actividad física puede ser muy divertida, nos mantiene en forma, aumenta las sustancias estimulantes, reduce la ansiedad y, por tanto, disminuye la posibilidad de tener crisis epiléptica.
Cumple el tratamiento
Ya sabemos que el coronavirus no aumenta el riesgo ni la gravedad de la epilepsia, pero es importante seguir cumpliendo el tratamiento habitual. Más que nunca, porque una descompensación o una crisis nos puede obligar a visitar un centro de salud o un hospital, con el riesgo de contagio que supone. En caso de que la persona con epilepsia presente mucha ansiedad, es fundamental consultar con los servicios sanitarios la posibilidad de recibir la ayuda de un profesional.
Precisamente los cambios en la rutina pueden conllevar el olvido en la toma de la medicación para la epilepsia, incluso su abandono durante varios días. La adherencia al tratamiento es imprescindible para las personas diagnosticadas. Los estudios indican que abandonar la medicación puede aumentar un 21% el riesgo de sufrir una crisis.
** Fuentes consultadas