Cómo manejar la epilepsia en el colegio

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En España, cerca de ocho personas por cada 1.000 habitantes podrían tener epilepsia. Se trata de una enfermedad que puede aparecer en cualquier edad de la vida, aunque suele ser más frecuente durante la infancia y en personas mayores de 65 años. En el caso de los niños, las crisis epilépticas suelen presentarse especialmente durante su etapa escolar, por ello, es conveniente que tengan el mayor conocimiento posible de su enfermedad, junto con profesores y cuidadores del colegio.

Pronto comenzarán de nuevo las clases y aquí te ofrecemos una serie de consejos para que la vuelta a la escuela sea provechosa para el niño con riesgo de crisis epilépticas, y que sea tranquila para quienes le rodean.

Escolarización normalizada

Los menores con epilepsia sin mayores problemas de desarrollo deben acudir al colegio como cualquier niño de su edad. En este punto los expertos están de acuerdo. Una vez en el aula, la atención a este menor debe ser igual que el resto de sus compañeros, salvo que aparezcan las crisis epilépticas. En este caso, es fundamental tener el mejor conocimiento posible de la enfermedad para ofrecer una buena atención al paciente.

Cuanto más conocimiento tengan los profesores de los riesgos de la epilepsia, mayor será la integración del afectado en las actividades habituales de la escuela. Es lógico sentir temor ante una posible crisis, ya que es una enfermedad especialmente llamativa por su sintomatología; sin embargo, una buena asistencia** puede permitir al niño con epilepsia **superar cualquier momento desagradable y mantener el mismo nivel formativo que el resto de sus compañeros.

Decir NO a los bulos

Tal vez la única información que tengan los compañeros sea por noticias falsas que encuentran en internet o tienen una imagen ‘peliculera’ de las crisis epilépticas. Para evitar falsos mitos relacionados con la enfermedad, es aconsejable realizar campañas de formación, información y, sobre todo, de concienciación.

La formación debe ir orientada hacia la normalización de la enfermedad, es decir, los compañeros de clase y del colegio deben saber que se puede convivir sin problemas con un niño que tiene alguna crisis epiléptica de forma puntual. Toda la información relacionada con la epilepsia debe transmitirse de una forma positiva y sin dramatismo.

La desinformación suele ir acompañada de rechazo a los niños, por ejemplo, en edad de guardería. Desde luego, la responsabilidad de los cuidadores también es muy alta. Por ello, es exigible que tengan la formación necesaria para atender posibles complicaciones de la enfermedad al igual que lo harían los padres en el hogar.

Evolución en el colegio

Asimismo, los profesores deben realizar una valoración del niño con crisis epilépticas para comprobar su evolución y decidir si, por ejemplo, necesita algún tipo de refuerzo especial durante las clases o fuera de ellas. En algunas ocasiones los medicamentos para la epilepsia o la propia enfermedad pueden causar algún tipo de somnolencia o cansancio.

Los tutores escolares deben avisar a la familia en caso de que noten algún cambio significativo en el crecimiento físico e intelectual del niño. Profesores, tutores y familiares deben estar en permanente contacto para conseguir el mejor curso escolar posible.

Campañas de educación escolar

Uno de estos proyectos de formación en las aulas es ‘Conocer la Epilepsia Nos Hace Iguales’. Se trata de una iniciativa de la Sociedad Española de Neurología (SEN), la Federación Española de Enfermedades Neurológicas (FEEN) y la Federación Española de Epilepsia (FEDE), con el apoyo de UCB Iberia.

Esta campaña tiene entre sus objetivos mejorar la comprensión de la epilepsia y fomentar la integración social de los niños para mejorar su calidad de vida. A través de los colegios, un experto ofrece una sencilla sesión educativa especialmente dirigida a niños de infantil, primaria y secundaria.

Durante la sesión, se ofrece información teórico-práctica, con una duración máxima de una hora. Las herramientas que se emplean son un completo Manual del Profesor, un cómic y otros materiales audiovisuales de apoyo. Dentro del programa se incluye una secretaría técnica a la que los profesores se pueden dirigir en caso de duda.

Otro proyecto es ‘Epicole. Su objetivo es contribuir a mejorar la inclusión de las personas con epilepsia en las clases escolares. Para ello, realiza una serie de iniciativas para incrementar la comprensión e integración social de los alumnos y, especialmente, para eliminar prejuicios y falsas creencias que rodean a los pequeños con esta enfermedad.

Asimismo, dentro del programa de Epicole se incluye formación para el profesorado respecto a los diferentes tipos de epilepsias, los síntomas, los tratamientos, etc. De esta forma, se consigue que los maestros sepan cómo actuar y atender a una persona con una crisis de epilepsia.